miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los niños, a los leones


Observad bien la foto. Fijáos en las dos señales de prohibición. No tendrían nada de extraño en este país donde es más importante cuidar el césped que disfrutarlo. Pero atención: ¿dónde estamos?
Estamos en una de las zonas de recreo infantil de los jardines de La Maternitat. Si no se puede pisar la hierba, la lógica indica que literalmente hay que arrojar el niño al foso desde el camino con bordillo y todo que el genial arquitecto de parques y jardines ha diseñado.
Por suerte, en este país no hacemos mucho caso de las prohibiciones y, como se ve en la foto, las madres, canguros y abuelas han pisoteado la hierba junto con los niños y los cochecitos y se ha creado una especie de camino natural. Pero no se acaba aquí la historia.
Una vez incumplida la prohibición, ves que tienes que salvar de una zancada unos cuarenta centímetros de desnivel, con un reborde puntiagudo de cemento de unos quince centímetros por encima del nivel del suelo al principio y que va en aumento. Entonces rodeas el perímetro exterior cubierto de césped en busca de una rampa o un par de (para los niños, peligrosos) escalones, y cuando regresas al punto de partida te das cuenta de que no hay nada. O sea que realmente no queda más remedio que arrojar al foso a los más pequeños, a los que todavía no pueden saltar solos. Y las abuelas con problemas de lumbares, de rodillas o de lo que sea tienen que convertirse en auténticos Tarzanes. Por suerte, siempre hay alguna madre o canguro joven que recoge al niño que otra ha arrojado y ayuda a bajar a la abuela con artrosis que no sabe si tirarse de cabeza o subirse a un árbol para deslizarse por una rama. Solidaridad ante el peligro

3 comentarios:

  1. Foso o zanja, defiendo a nuestros urbanistas incomprendidos: si trazan alguna dificultad a lo largo de nuestro camino, es para que siempre estemos en alerta intelectual durante nuestros paseos. Paseantes, sí, pero también intérpretes de la realidad adversa.
    Ese foso de los jardines de la Maternidad no es sino una metáfora uterina sobre nuestros orígenes. Tal es la lectura que debe hacerse del enigma "foso" en cuestión. Un símbolo.

    ResponderEliminar
  2. No soy arquitecto (trabajo en Seguros), y me he roto ya varias veces el pie por culpa de las obras del Ayuntamiento. He querido escribir una sátira sobre lo que cuentas. Por supuesto, estoy en contra de los fosos quebrantahuesos.

    Albert

    ResponderEliminar
  3. Se hace difícil respetar los carteles y vivir sin dañar al lugar y a las personas.

    Las plazas de mi ciudad....dan ganas de hacer todo desde cero !!!!

    Saludo desde MDQ,Liliana

    ResponderEliminar